Los Cafres y Cultura Profética en León, Guanajuato.



Fotos y Artículo: Sergio Cerecedo



"Ésta es la música que me llena" Dijo hace casi ya dos años una persona muy cercana a mi mientras bailaba al ritmo de una canción de reggae, ante mi cara extrañada como quien se asombra de ver a una persona habitualmente poco expresiva, desbordando sus sentimientos ante algo, en éste caso, un tipo de música, y cabe recordar ésto siendo totalmente subjetivo en ésta parte de lo que escribo, por que en el momento en que éste evento se realiza ya no estoy cerca de ella y es la primera tocada de reggae en la que ella no viene conmigo, en su compañía descubrí un ambiente que pese a los prejuicios de ambiente de drogas y suciedad que se le pueden atribuir, es de los pocos ambientes musicales que es invariablemente pacífico, por la misma filosofía que conlleva, y que en la época de duros cambios que vivía en ese entonces me hizo sentir confortable, en sincronía y feliz, sin haber tocado alguna sustancia enervante, como alguien que se reconoce sensible, con sentir esa música me bastaba. Por ésto, este concierto significó mucho para mí, la nostalgia reciente de esa época a la que debo una parte importante de lo que soy, y que ahora es otro momento, y por lo tanto sería diferente. Pero la sensación inmediata es casi la misma.





El aire frío envolvía a León esa noche del 17 de Octubre, algo siempre difícil para una tocada al aire libre, la gente llegaba poco a poco, algunos recién salían del estadio del equipo de futbol local ubicado junto al foro del evento con sus todo y sus playeras esmeraldas hasta llegar a un poco más de la capacidad del lugar, la espera se prolongó alrededor de una hora y el público no parecía demasiado animado, entonces el primer grupo sale a escena.



Contrario a lo planeado, abre la banda tapatía Mandala, que de inmediato prende a la gente con canciones de ska/reggae movidas y alegres, la porra que venía con ellos estalló en gritos contagiando a los demás y prontó el entumido público empezó a bailar y a moverse de un lado al otro. Después sale a escena .7, un grupo con apariencia y algunos toques jazzísticos, que con elegancia y teniendo como prioridad a los instrumentos de viento entonó algunos covers del género como el del conocido tema de James Bond que hicieran popular los legendarios Skatelites, un toque bohemío al estilo que no por menos veloz dejó de ser bien recibido.
Para terminar con el telón entraron en escena los integrantes de Libre Pensamiento, originarios de la cercana ciudad de Irapuato, Guanajuato, con un estilo más cercano al reggae de lucha social, con letras que citan a Zapata y a los idearios de la revolución, hicieron nuevamente a la gente bailar y corear sus canciones a quienes ya los conocían, pronto vino un breve silencio y la gente ya no podía esperar, cayendo emocionados cuando ven a un singular hombrecito delgado que caminaba como bailando a través del escenario portando una boina y se acerca al micrófono a saludar, nada más y nada menos que Guillermo Bonetto, vocalista de Los Cafres, provocando de inmediato el grito alegre de los asistentes, de inmediato, la música empieza y todos bailamos, mi mente me decía "Ésto es como los viejos tiempos... en los nuevos tiempos"

Tocan un par de temas inéditos combinándolos con sus éxitos, de un lado al otro viajan las voces entonando -"Si el amor se cae, todo alrededor se cae"- , el vocalista baila y sonríe como alguien que contempla un atardecer, en cuanto acaban la canción da un mensaje -"Debo decirles que, ya es más de media noche, ya es 18 de Octubre, y estoy muy alegre por que hoy cumplimos ya 22 años de estar acá con Los Cafres y llevar nuestra música hasta ustedes"-, se escuchan felicitaciones gritadas, seguidas de más música y una avalancha de besos, abrazos y muestras de afecto mientras se oye -"Seraaá que sos un ángel, y no podés disimulaaar ", contrario a lo habitual en los grupos titulares duraron más de lo pensado en el escenario, siguen con "Bastará" y cierran con otra canción nueva, me quedo con ganas de escuchar "Éste Jardín", pero el espectáculo visto y la emoción me hacen olvidarlo.


Los ánimos no menguan cuando aparece Cultura Profética, el conocido vocalista Willy, toma el micrófono asegurando que también sienten mucho frío comparado al clima de Puerto Rico, pero que esperan se les olvide con el calor del público, a lo que responden con una ovación, mientras que el grupo entona "Nadie Se Atreve" seguido de nosotros haciéndoles segunda, pronto viene "Ritmo que pesa" , después otra de las más apreciadas por sus seguidores "De Antes" Ésa particular y romántica visión de la sensación de haber reencarnado en otro tiempo para seguir profesando amor por alguien, provoca algunas lágrimas en la gente cercana a mí, después Boris, el baterista que también fue voz principal en el tributo a Bob Marley, demuestra su técnica tocando y cantando al mismo tiempo en la ecologista "Árboles" , un tributo a las raíces personales de cada quien, hubo también una improvisación rapeada de Willy donde hizo notar el deseo de la banda y de la comunidad boricua de ganarse el respeto del mundo como país y no como colonia gringa, para después declarar ésto y que es un momento difícil por el que pasa su tierra y que como hermanos debemos apoyarnos sin importar nacionalidades, para retirarse conceden al público "Un Deseo" , sin duda la mejor despedida que pudo haber tenido la noche. Un espéctaculo cálido en contraste a la nube de neblina que después cubrió la explanada del foro arlequín, fuera de lo común y superando expectativas, trayéndome en lo personal reminiscencias y tranquilidad,y sobre todo un pensamiento seguro de que no se vuelve atrás, pero lo mejor de lo pasado viene y forja lo actual, ésta música no envejece, me corresponde a mí no hacerlo y en su lugar hacer algo más dificil; crecer.

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