Entrevista a Rapé

Por: William Cortéz /AVC noticias
Imagenes: Rapé

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Xalapa, Ver.- En Veracruz, como en otras partes del país, la caricatura política se ejerce con escasa libertad, a pesar de ser uno de los medios históricos más críticos con que se cuenta, considera Rafael Ángel Pineda Peña, “Rapé”.
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Dice que hay momentos políticos o sociales “claves”, como en la elección federal de 2006 y la reciente muerte del secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, en los cuales es posible percibir “de que lado están” los medios informativos y todos quienes en ellos trabajan.
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Originario del puerto de Veracruz, Rapé es uno de los caricaturistas jóvenes más ácidos y mordaces a nivel nacional. Sus trabajos se publican en los periódicos y revistas más importantes. “De eso se trata, cuando se hace una caricatura se debe de tener muy claro lo que se quiere decir y lo que esta pasando, si no es así, mejor no hacerlo”.


La entrevista transcurre en su estudio en Xalapa, donde radica desde hace tres años. Ahí reconoce que el suyo es un trabajo que requiere del ejercicio diario de “escudriñar” en el mar de información política que se genera en el país, para luego crear una caricatura que le permita ejercer esa crítica que tanto defiende.
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Negro o blanco, nunca gris.
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Su experiencia le ha llevado a concluir que una buena caricatura, además de la calidad de los trazos, debe ser exagerada y prepotente, pero sobre todo muy clara, pues un buen cartón no da lugar al color gris, “o bien es negro o blanco, pero la tradición dice que tiene que ser negra”.
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- ¿Cómo se llega a ser exagerado?
- Eso ya obedece a principios de cada quien, porque si he visto a chavos que están empezando y se vuelven mercenarios. Los medios responden a un sistema de domesticación del reportero, del columnista, del caricaturista, a nosotros por lo regular no nos pagan si no publicamos.
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“Todos los que estamos en los medios sabemos que hay también mucha autocensura, que es más patética y hay que ser o muy ingenuo o muy buey para no darse cuenta de lo que está pasando. En este negocio de la caricatura tienes que ser pesimista por oficio, y esa es la cuestión”, agrega.

En esa medida Rapé también acepta que hoy en día, al ser un caricaturista de una causa dificulta la posibilidad de encontrar un espacio en donde trabajar.
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Sin embargo, la situación no mejora cuando se cuenta con ese espacio, pues resulta común que los editores decidan no publicarles, para de esa forma “domesticar” u obligar a caricaturistas a alinearse a su política editorial y a dibujar lo que ellos pidan.
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“Todos los editores le juegan a eso porque también ellos están en ese juego con los empresarios y el gobierno que les contrata la publicidad, si tú te portas mal te retiran la lana, es gigantesco, y si tú te prestas a eso ya valiste porque ya te acostumbraste y te alineaste”, lamenta.
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La responsabilidad de un caricaturista
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Y esa es una de las principales razones porque muchos caricaturistas no asumen su responsabilidad social. “No se dan cuenta que el espacio que les dan es visto por mucha gente y muchos de los cuales si les creen, entonces se me hace muy patético que dependiendo del medio en que estés, va a depender tu punto de vista, yo creo que no, si creo en la independencia de criterio”.
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- ¿Y vale la pena hacer tanto esfuerzo para mantenerse ajeno?
- A mi me deja muy satisfecho cuando mi cartón se publica sin censura, sin problemas, porque en ocasiones hay discusiones hasta por el titulo, yo lo tengo muy seguido me piden que se modere.
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-¿Hay quienes prefieren no criticar?
- Si he visto a muchos compañeros que se cansan o que les da miedo, porque si es un trabajo difícil de estar aguantando a jefes y amenazitas por ahí, y hay quienes no aguantan y se convencen de lo que los medios oficiales dicen y no escrudiñan más la información

De usurpadores e impostores
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Quienes no desempeñan su trabajo así, agrega, son impostores o usurpadores de un oficio que a lo largo de la historia en México ha tenido grandes momentos de crítica. “No se merecen ese nombre, son ilustradores de la palabra del Gobierno”.
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Sin embargo, el futuro siempre se vislumbra esperanzador. “En mis talleres e encontrado a chavos que están empezando y que son respetables, El Azote se quejaba mucho de la situación de los periódicos en Veracruz y ahora está publicando en México en periódicos y revistas nacionales”.
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Rapé, explica Rafael Ángel Pineda Peña, es un seudónimo que originalmente buscaba incluir las letras de su nombre, pero que más tarde adquirió sentido con la lectura El Péndulo de Foucault de Humberto Eco, en donde la palabra se refiere a un estimulante.
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Estudiante de Comunicación Social en la UAM Xochimilco, considera que su trabajo profesional inicio en 2002, luego de haber pasado una etapa de aprendizaje en tres años con otros caricaturistas como Helio Flores y Helguera, quienes fungieron como sus maestros.
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Atrás ha quedado el primer cartón que hiciera a sus 23 años, que aludía al Segundo Informe de Ernesto Zedillo, y los innumerables ejercicios que tuvo que realizar diariamente, antes de publicar su primer trabajo, ahora, ha recorrido varios periódicos y revistas nacionales como "El Chamuco", alcanzando también el reconocimiento de lectores y de su crítico y mordaz gremio.