GRUNGE.

Por: Agustín Güiris

- Colección Fotografía -

Madrid, España. Muy... a pesar de que la moda ochentera quiera retornar - o halla retornado - o bien las “ondas” retro estén en un punto álgido en el que la estética “fashionista” (como nombran los auto-bautizados “fashionistas”) apremie, pues siempre apremia al gremio de la masa consumista (esto en el mismo tenor que los anteriores conceptos, centrado en el cliché, pues todos los somos en cierto sentido), y lejos de que ahora todos miren con desdén a la década anterior por razones azarosas y descoloridas


Muchos de ellos sin haber sentido en realidad el color de esos años, y que inclusive ha llegado al cine en pos de una retórica humorística, como se denota en el ese dialogo de bar que mantienen Mickey Rourke y Marisa Tomei en The Wrestler - “90s Sucks” - y que es puesto en la boca de un personaje más necesitado que los referidos (y que terminará como ellos), me he puesto a pensar un poco sobre el tema; la sociedad siempre reniega de su pasado más inmediato, siempre lo ofusca, lo intenta ocultar, de esa moda decrece, no evoluciona, no da pasos hacía adelante para continuar el camino y tse circunda. Termina por encontrarse en las mismas encrucijadas de siempre.
S


Yo crecí durante una década donde la nomenclatura de “Generación X” estaba en boca de todos, era una moda un poco más intensa y fuerte que las actuales debido a que las tecnologías como el Internet no debilitaban tan rápido los conceptos y no unían tanto a a la gente, por lo que aún se creía que allá afuera en realidad pasaba algo de relevancia.


Es obvio por mi edad que yo nunca pertenecí a ella, empero mis hermanas mayores lo fueron, y ellas mismas fueron las que gracias a aquellas tendencias (que después reventarían en moda como todo) me presentaron el mundo bajo los viejos cassettes que compraban “piratas” en el mercado.


Fue así, que crecí escuchando Grunge (palabreja inventada por la prensa) durante todo los años que éste duró (y que aún persiste en su cuna, Seattle donde es sólo música) y me volví hacía toda esa emblemática figura de una generación de jóvenes con un sentido fuerte de auto-destrucción que tan sólo expresaban lo que a su sentir veían como el olvido hacia su posible aporte por parte del resto de los demás factores sociales que conforman los sistemas. ¿Bueno o malo el experimento?, no lo sé, tampoco me atrevería a opinar, pues como todo, se derribó ante los mecanismos, siempre más eficaces, del propio sistema y terminó por colapsar como lo harán todos los movimientos por venir.


Parte de la naturaleza de originar un contra-movimiento es saber que en algún momento se deberá dar paso a uno nuevo, el que le contraríe.
Lejos, pues de todo este desleal (personalmente así lo creo) deslavado de la historia en pos de hacernos sentir en el ya nombrado punto álgido de la estética “actual”, yo me fui el otro día a un pequeño concierto de una banda española aquí en tierras Madrileñas, invitado por una amiga que conoce de mis gustos, tributo a ese primer lustro de la década insultada fashionista-mente.


No sabía que esperar del todo, suelo ir nostálgicamente a casi todos los conciertos que hacen uso de la añoranza del periodo citado, suelo acomplejarme y asistir a los que sé que son lo más honesto posible, en pocas palabras, los que se hacen por bandas por completo desconocidas, el precio es casi un regalo (o bien gratis) y se presentan en lugares pequeños. En esta ocasión era mi primera vez en este continente de encontrarme cono esa melancolía, no obstante de haber ya asistido a otros conciertos de otra índole anteriormente.

Para mí sorpresa este resultó ser el mejor concierto de este tipo al que he asistido en vida, agradecidamente llevé mí cámara fotográfica y el resultado, en lo personal, fue muy complaciente, obtuve un par de imágenes que me transportaron afectiva y efectivamente a los años en que estos sonidos explosivos - y que pusieron de moda el concepto “alternativo” - se encontraban en el punto más alto y álgido de la actualidad. Al final de cuentas todo es moda, pero está es la que siempre llevo de manera personal cuando recuerdo mis primeros pasos en este fascinante viaje que es la música y es una de mis más grade pasiones.

Es gracias a este espacio que hoy comparto parte de esa colección de pequeños retratos que obtuve de una esencia ya olvidada y perdida desde hace ya más del doble de años de lo que realmente duro.



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