42 años después

Por: Jorge Negroe

Marcha del 2 de octubre en Xalapa

¡2 de octubre! ¡No se olvida! Así se escuchaba cuarenta y dos años después en una ciudad de provincia donde todavía se recuerda a los estudiantes caídos.

Fuera del DF me parece que es el único lugar donde aún se hace la marcha, algunos años con más personas, otros con menos, la mayoría estudiantes de la facultad de Humanidades de la Universidad Veracruzana.

Este año les tocó organizarla a los de recién ingreso, únicos al parecer que aún les emociona la idea de parar el tráfico y gritar consignas, cada vez más distorsionada de la idea original, por toda la ciudad.

A la cita acudieron los pocos que año con años asisten, un montón de estudiantes de esa facultad, y alguno que otro amigo de ellos, saliendo de Humanidades, con destino al centro de la ciudad.
Se podían ver carteles y mantas con leyendas como: Ni cárcel ni opresión detendrán nuestra lucha, Libertad a presos políticos, El que olvida su historia está condenado a repetirla… y demás frases cuya ideología tan gastada las volvía “lugares comunes”.

El recorrido incluyó la sede del PRI del Estado de Veracruz, donde el logo tricolor recordó por un momento una de las tantas matanzas que ocurrieron durante su régimen de gobierno, aunque a ninguno de los burócratas que se encontraban ahí les importó la marcha que pasaba afuera.
Más adelante avanzaron por Sayago, calle por la que desembocaron a Poeta Jesús Días, ante el asombro de muchos ciudadanos que ni siquiera sabían porque era esa manifestación.

Las consignas de dejaba oír: ¡2 de octubre No se olvida! ¡Si Zapata viviera, con nosotros estuviera! ¡Únete Pueblo Únete! ¡Este día no es de fiesta, es de lucha y de protesta! ¡De norte a Sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha, cueste lo que cueste!

Después la marcha bajó hacia el cuartel de policía, conocido entre los marchantes como “Hotel San José”, aquí se realizó un simulacro de juicio político en contra de Díaz Ordaz y Echeverría (el presidente de la república y su secretario de gobernación en 1968, culpables de ordenar la matanza), los policías de guardia se limitaron a cerrar la puerta del cuartel, ignorando a los que afuera gritaban también contra ellos.

La marcha siguió ahora por Xalapeños Ilustres, bajando hacia el correo de la ciudad, donde pasaron frente a las oficinas del partido “Convergencia” para gritarles: ¡Izquierda Vendida! Continuaron hacia las oficinas estatales del PAN, donde las señalaron para entonar: ¡esos son, esos son, los que chingan la nación!

Por fin
salieron a Enríquez, la calle principal de Xalapa, bloqueándola hasta pararse frente al palacio de gobierno, donde se estancaron un momento en la Plaza Lerdo, siendo confundida con una manifestación más de las que cada semana llenan la misma plaza.

Finalmente la marcha terminó en el parque Juárez, donde se dieron algunos discursos, y se realizaron pintas con gis en el suelo, en memoria de los caídos.
El PRD quiso aprovechar la marcha para realizar una “jornada del 2 de octubre” con fines políticos, pero para cuando empezó, ya ninguno de los que habían marchado se encontraba presente.

Con sus pros y sus contras, es bueno que se siga haciendo esa marcha, para demostrarle al país que no se olvida, para evitar que vuelvan a ocurrir y para que la población haga conciencia.







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